Frente al Mundo

palabras mas profundas que el mismo sentimiento

--> somero.


martes, 30 de abril de 2013

Corazón de valientes.


Muchas veces nuestras palabras son valientes, pero nuestros labios son cobardes.

Ese es el gran problema de los inteligentes, porque siempre están llenos de dudas, mientras los que más ignoran están seguros de todo.

Para un día lluvioso.

Esta es nuestra naturaleza.


Certainly Absurd.

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Somos un mar de infinidades.


Resurrección

Sobre lo perfecto e imperfecto, lo bello que es el mundo.

Resurrección

A cuantas gotas estoy de encontrarte
el mar está alejado
y el naufragio ha dejado
 mis ganas de amarte.

Una ola de blanca espuma
sala mi mente
a la vez que anuncia mi muerte
y el recuerdo se esfuma.

Mi respiración se acorta
vivo y muero lentamente
y el alejado mar creciente
desgarra mi cuerpo y me ahorca.

siento que muero,
o quizás no.

por: Andrea Suárez B.



viernes, 26 de abril de 2013

Antítesis de amor

A continuación se encontraran con un ensayo basado en el soneto "La dulce boca que a gustar convida" de Luis de Góngora y Argote.


Antítesis de amor

El amor, una raíz divina que envuelve a las gentes en el árbol del querer, para comer de conocimientos con los sentidos frustrados, más tan sólo  una fina atracción de apariencias es el perfecto sentido de este sentimiento mortal. Confieso mi interés por aquel tema profanado que a poco tiempo ha perdido significado, tanto, como para querer evitar el sentir y el amar.
Luis de Góngora y Argote poeta y dramaturgo español autor de un poema con una postura contradictoria ante el tema del amor pasional, nos revela una imagen maldita de este sentimiento, dicho poema se llama “La dulce boca”, compuesto por  dos primeras estrofas cuartetos y  dos últimas estrofas tercetos. Góngora en “La dulce boca” expone una figura, al parecer femenina que destila pasión, elegancia y sobriedad, mientras enamora a sus más fieles amantes y los envuelve en una trampa entre jardines con flores venenosas que los hace adictos al néctar mortuorio pasional.
¿Por qué se mira el amor como algo que mortifica el alma?, ¿Cuál es la causa de todo esto?, me pregunto, quizás vemos el amor como Tántalo disipa su alrededor. A veces Cupido de equivoca con sus flechas, a veces Zeus se equivoca y transfiere figura humana a la maldad y los malos sentimientos. La verdad no sé por qué al ver personas felices y en pareja, llega a mí un sentimiento de tristeza, quizás es debido a mi falta de compañía, o  a la imagen que los adultos le imprimen a la unión, (nada agradable según mi criterio, a decir verdad).
La sociedad joven en general (me incluyo) pensamos en el amor como algo somero, conscientes de que es algo mucho mayor y más profundo, a algunos les falta criterio, otros sólo necesitan experiencia, pero ¿Cómo ensayar sin equivocarse, cuando diariamente vemos en las noticias que miles de matrimonios se separan, o que las parejas se agreden física y psicológicamente, o que entre las mismas familias ya no existe el respeto?, Cuando se supone que todo debería estar cimentado en el amor y la unidad.
Simple, aquel amor maldito del que nos habla Góngora nos ha invadido los sesos, se ha plantado en las entrañas del hombre y lo ha encarcelado en lo más profundo del mal que existe en el bien, digo el bien, porque no es una naturaleza mala, me refiero a que estamos en busca de la felicidad, dicha felicidad se encierra en un mundo sensible donde la virtud juega un papel con los sentidos, buscamos lo que nos gusta, tan sólo  a veces no sabemos que nos agrada o desagrada.
Yo, como mujer en el mayor sentido individual y personal, confieso que  le he  mentido al corazón ajeno, supongo que a esto se refiere  Góngora con sus versos “porque entre un labio y otro colorado/amor está de su veneno armado”, ubicados en el segundo y tercer verso de la segunda estrofa, entiendo por ello una trampa oculta, como el camuflaje que a contrarias es llamativo de un depredador, para atraer a su presa fácil.
Para  sintetizar, el amor, la mitología, las divinidades, los sentimientos, la conducta, todo está enlazado. Góngora nos da un abre bocas de lo que es el cultismo en el barroco,  las percepciones que se tenían en la antigüedad y las que se tienen en la actualidad, estas varían en grandes conceptos, pero cuando se trata de lo más profundo del ser humano nos damos cuenta que el hombre sigue y “seguirá”  siendo el mismo, seguirá sintiendo y siempre habrá un poco de  bien en el mal,  al igual que un poco de mal en el bien, y pues pienso, será cierto el último verso de la última estrofa,  ¿“y sólo del amor queda el veneno”?.

 Espero que les haya llamado la atención.

Por: Andrea suárez B.

"La dulce boca"



La dulce boca


La dulce boca que a gustar convida
Un humor entre perlas distilado,
Y a no envidiar aquel licor sagrado
Que a Júpiter ministra el garzón de Ida,

Amantes, no toquéis, si queréis vida;
Porque entre un labio y otro colorado
Amor está, de su veneno armado,
Cual entre flor y flor sierpe escondida.

No os engañen las rosas que a la Aurora
Diréis que, aljofaradas y olorosas
Se le cayeron del purpúreo seno;

Manzanas son de Tántalo, y no rosas,
Que pronto huyen del que incitan hora
Y sólo del Amor queda el veneno.

Luis de Góngora y Argote


jueves, 11 de abril de 2013

"Elegía interrumpida" Octavio Paz


Elegía interrumpida


Hoy recuerdo a los muertos de mi casa. 
Al primer muerto nunca lo olvidamos, 
aunque muera de rayo, tan aprisa 
que no alcance la cama ni los óleos. 
Oigo el bastón que duda en un peldaño, 
el cuerpo que se afianza en un suspiro, 
la puerta que se abre, el muerto que entra. 
De una puerta a morir hay poco espacio 
y apenas queda tiempo de sentarse, 
alzar la cara, ver la hora 
y enterarse: las ocho y cuarto. 

Hoy recuerdo a los muertos de mi casa. 
La que murió noche tras noche 
y era una larga despedida, 
un tren que nunca parte, su agonía. 
Codicia de la boca 
al hilo de un suspiro suspendida, 
ojos que no se cierran y hacen señas 
y vagan de la lámpara a mis ojos, 
fija mirada que se abraza a otra, 
ajena, que se asfixia en el abrazo 
y al fin se escapa y ve desde la orilla 
cómo se hunde y pierde cuerpo el alma 
y no encuentra unos ojos a que asirse... 
¿Y me invitó a morir esa mirada? 
Quizá morimos sólo porque nadie 
quiere morirse con nosotros, nadie 
quiere mirarnos a los ojos. 

Hoy recuerdo a los muertos de mi casa. 
Al que se fue por unas horas 
y nadie sabe en qué silencio entró. 
De sobremesa, cada noche, 
la pausa sin color que da al vacío 
o la frase sin fin que cuelga a medias 
del hilo de la araña del silencio 
abren un corredor para el que vuelve: 
suenan sus pasos, sube, se detiene... 
Y alguien entre nosotros se levanta 
y cierra bien la puerta. 
Pero él, allá del otro lado, insiste. 
Acecha en cada hueco, en los repliegues, 
vaga entre los bostezos, las afueras. 
Aunque cerremos puertas, él insiste. 

Hoy recuerdo a los muertos de mi casa. 
Rostros perdidos en mi frente, rostros 
sin ojos, ojos fijos, vaciados, 
¿busco en ellos acaso mi secreto, 
el dios de sangre que mi sangre mueve, 
el dios de yelo, el dios que me devora? 
Su silencio es espejo de mi vida, 
en mi vida su muerte se prolonga: 
soy el error final de sus errores. 

Hoy recuerdo a los muertos de mi casa. 
El pensamiento disipado, el acto 
disipado, los nombres esparcidos 
(lagunas, zonas nulas, hoyos 
que escarba terca la memoria), 
la dispersión de los encuentros, 
el yo, su guiño abstracto, compartido 
siempre por otro (el mismo) yo, las iras, 
el deseo y sus máscaras, la víbora 
enterrada, las lentas erosiones, 
la espera, el miedo, el acto 
y su reverso: en mí se obstinan, 
piden comer el pan, la fruta, el cuerpo, 
beber el agua que les fue negada. 
Pero no hay agua ya, todo está seco, 
no sabe el pan, la fruta amarga, 
amor domesticado, masticado, 
en jaulas de barrotes invisibles 
mono onanista y perra amaestrada, 
lo que devoras te devora, 
tu víctima también es tu verdugo. 
Montón de días muertos, arrugados 
periódicos, y noches descorchadas 
y amaneceres, corbata, nudo corredizo: 
"saluda al sol, araña, no seas rencorosa..." 

Es un desierto circular el mundo, 
el cielo está cerrado y el infierno vacío.
 

Octavio Paz


He Aquí la razón del titulo del blog.


Esta vida no lo es todo.

la vida aquí en la tierra es sólo el ensayo antes de la verdadera actuación  Estarás mucho más tiempo al otro lado de la muerte, en la eternidad, que aquí. La tierra es el escenario, la escuela primaria. Los ejercicios de entrenamiento antes del partido , esta vida es el preámbulo de la venidera. Aquí viviremos 100 años como mucho, pero en la eternidad vivirás para siempre. tu vida en esta hermosa tierra es como dice Thomas Browne: " Sólo un pequeño paréntesis en la eternidad". Fuimos creados para vivir por siempre.