Antítesis de amor
El
amor, una raíz divina que envuelve a las gentes en el árbol del querer, para
comer de conocimientos con los sentidos frustrados, más tan sólo una fina atracción de apariencias es el
perfecto sentido de este sentimiento mortal. Confieso mi interés por aquel tema
profanado que a poco tiempo ha perdido significado, tanto, como para querer
evitar el sentir y el amar.
Luis
de Góngora y Argote poeta y dramaturgo español autor de un poema con una
postura contradictoria ante el tema del amor pasional, nos revela una imagen
maldita de este sentimiento, dicho poema se llama “La dulce boca”, compuesto por
dos primeras estrofas cuartetos y
dos últimas estrofas tercetos. Góngora en “La dulce boca” expone una
figura, al parecer femenina que destila pasión, elegancia y sobriedad, mientras
enamora a sus más fieles amantes y los envuelve en una trampa entre jardines
con flores venenosas que los hace adictos al néctar mortuorio pasional.
¿Por
qué se mira el amor como algo que mortifica el alma?, ¿Cuál es la causa de todo
esto?, me pregunto, quizás vemos el amor como Tántalo disipa su alrededor. A
veces Cupido de equivoca con sus flechas, a veces Zeus se equivoca y transfiere
figura humana a la maldad y los malos sentimientos. La verdad no sé por qué al
ver personas felices y en pareja, llega a mí un sentimiento de tristeza, quizás
es debido a mi falta de compañía, o a la
imagen que los adultos le imprimen a la unión, (nada agradable según mi
criterio, a decir verdad).
La
sociedad joven en general (me incluyo) pensamos en el amor como algo somero,
conscientes de que es algo mucho mayor y más profundo, a algunos les falta
criterio, otros sólo necesitan experiencia, pero ¿Cómo ensayar sin equivocarse,
cuando diariamente vemos en las noticias que miles de matrimonios se separan, o
que las parejas se agreden física y psicológicamente, o que entre las mismas
familias ya no existe el respeto?, Cuando se supone que todo debería estar
cimentado en el amor y la unidad.
Simple,
aquel amor maldito del que nos habla Góngora nos ha invadido los sesos, se ha
plantado en las entrañas del hombre y lo ha encarcelado en lo más profundo del
mal que existe en el bien, digo el bien, porque no es una naturaleza mala, me
refiero a que estamos en busca de la felicidad, dicha felicidad se encierra en
un mundo sensible donde la virtud juega un papel con los sentidos, buscamos lo
que nos gusta, tan sólo a veces no
sabemos que nos agrada o desagrada.
Yo,
como mujer en el mayor sentido individual y personal, confieso que le he
mentido al corazón ajeno, supongo que a esto se refiere Góngora con sus versos “porque entre un labio y otro colorado/amor está de su veneno armado”,
ubicados en el segundo y tercer verso de la segunda estrofa, entiendo por ello una
trampa oculta, como el camuflaje que a contrarias es llamativo de un
depredador, para atraer a su presa fácil.
Para
sintetizar, el amor, la mitología, las
divinidades, los sentimientos, la conducta, todo está enlazado. Góngora nos da
un abre bocas de lo que es el cultismo en el barroco, las percepciones que se tenían en la
antigüedad y las que se tienen en la actualidad, estas varían en grandes
conceptos, pero cuando se trata de lo más profundo del ser humano nos damos
cuenta que el hombre sigue y “seguirá”
siendo el mismo, seguirá sintiendo y siempre habrá un poco de bien en el mal, al igual que un poco de mal en el bien, y
pues pienso, será cierto el último verso de la última estrofa, ¿“y
sólo del amor queda el veneno”?.
Espero que les haya llamado la atención.
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